5 ideas para aprovechar la grasa del jamón ibérico
¿Conoces ese dicho popular de “del cerdo, hasta los andares”? ¡Es completamente cierto! Y es que, si te has aventurado al maravilloso arte de cortar jamón a mano, no puedes perderte estos consejos para aprender a sacarle el máximo partido a tu producto gourmet. Descubre con nosotros las 5 mejores formas para aprovechar la grasa del jamón. ¡Empezamos!
Por qué aprovechar la grasa del jamón
Cuando compramos un producto de calidad, como un jamón ibérico de bellota Dehesa Barón de Ley, queremos aprovechar hasta la última loncha de jamón, ¿verdad? Pero ¿por qué nos centramos únicamente en apurar la carne y no la grasa? A partir de este momento, nunca más lo pasarás por alto.
El jamón ibérico tiene una serie de propiedades que lo convierten en una exquisitez gastronómica a todos los niveles, al igual que su grasa. El problema es que, cuando hablamos de “grasa”, normalmente la relacionamos con algo poco saludable. ¡Y es un gran error!
Si por algo se caracteriza la grasa de un jamón ibérico es, primeramente, por su alta proporción de ácido oleico (entre un 55 y un 60%). Es decir, su grasa es no es perjudicial para la salud, ya que aumenta los niveles de HDL (grasa buena) y reduce el de LDL (colesterol malo).
Por si fuera poco, cabe destacar que del total de grasas que tiene el jamón ibérico, la gran mayoría son insaturadas (casi un 70%). Después de esto, seguro que estás deseando saber cómo aprovechar la grasa del jamón para no tirar ni un trocito nunca más. ¡Te contamos!
Tipos de grasa del jamón
Antes de ponerte a recopilar todas las porciones de grasa que te dé tu jamón ibérico, debes saber que no toda la grasa sirve para aprovechamiento. Pero no te preocupes, es fácil detectar cuál es la indicada.
El jamón, sea del tipo que sea, tiene por lo general dos tipos de grasa: por un lado, una comestible y aprovechable y, por otro lado, otra no comestible y, por tanto, desechable.
La grasa que debemos retirar y no consumir es la grasa amarilla, la que recubre todo el jamón de la forma más superficial. Por eso es importante limpiar correctamente el jamón cuando lo cortamos a mano y quitar las capas de grasa que presenten este color. En caso de probarla, lo que notaríamos sería un gusto desagradable y molesto.
La grasa que nos interesa y la que debemos guardar es la que está justo entre la grasa amarilla y el inicio de la carne roja. Esta grasa tiene un aspecto mucho más rosado y su tacto se vuelve más esponjoso.
Esta grasa del jamón ibérico de bellota es homogénea y tiene un sabor suave y tremendamente envolvente. Esto se debe, en buena medida, a una alimentación 100% a base de bellota, como la que tienen nuestros cerdos ibéricos en la montanera.
Un consejo: cuando la retiremos, lo mejor es hacerlo en porciones generosas y más gruesas para utilizar esos tacos posteriormente. No pasa nada si tiene un poco de carne del jamón.
En nuestro vídeo sobre cómo cortar jamón, te enseñamos el paso a paso para que aprendas a limpiarlo fácilmente. ¡Puedes verlo aquí!
5 ideas para aprovechar la grasa del jamón
¡Pasemos a la acción! Este es nuestro top 5 de alternativas para la grasa del jamón.
1. Una de las utilidades más emblemáticas de la grasa del jamón ibérico es la de enriquecer los platos de cuchara, como harían sabiamente nuestras abuelas. El caldo de unas lentejas, la fabada o prácticamente cualquier guiso puede quedar espectacular si añadimos un taquito de grasa de jamón ibérico mientras lo cocinamos. ¡Te lo recomendamos!
2. También puedes utilizar esta grasa como una manteca. Por ejemplo, puedes untar con la grasa la sartén donde vayas a hacer un salteado o un revuelto para darle ese ligero regusto a jamón. Y, de paso, evitarás utilizar aceite o mantequilla.
3. ¿Conoces los famosos chicharrones? Esta tapa de tradición andaluza se elabora con la grasa del jamón. Concretamente, con las porciones que combinan un poco de grasa y carne. Para replicarla tan solo debes freír pequeñas porciones de tocino y carne hasta conseguir una textura crujiente. Consejo: añade algunas especias para más sabor, como el orégano.
4. Otra alternativa que nos encanta es cortar unas rodajitas de un buen pan rústico y añadirle finísimas láminas de tocino ibérico con un poquito de queso encima. Caliéntalo un poco y ¡listo! Es simple, pero maravillosamente delicioso.
5. ¿Qué te parece un aceite aromatizado de jamón? ¡Es posible! Tan solo debes cocinar a fuego lento 500g de grasa de jamón ibérico, 300g de aceite de girasol o aceite de oliva y 100g de agua. Deja que se enfríe y resérvalo en un frasco de cristal con alguna ramita de romero para intensificar su aroma. Quedará perfecto tanto para cocinar como para añadir a tus tostadas matutinas.
¿Te has quedado con ganas de más ideas útiles? No te pierdas todos los artículos de nuestro blog y disfruta con una gran recopilación de consejos para disfrutar de tus ibéricos favoritos. Te dejamos aquí uno muy especial: